Antas constituye una localidad situada en la parte central de la comarca del Levante Almeriense, en la provincia de Almería y en la comunidad autónoma de Andalucía. Limita con los municipios de Vera, Los Gallardos, Bédar, Lubrín, Zurgena, Huércal-Overa y Cuevas del Almanzora. Geográficamente se ubica en la depresión de Vera, con observadas a Sierra Cabrera, Sierra Lisbona y Sierra Almagrera, y a tan solo diez kilómetros de las playas bañadas por el mar Mediterráneo.
El municipio comprende los núcleos de población de Antas (capital municipal), así como los sitios históricos donde “el sol se casó e hizo un cortijo” de El Real, Aljáriz, La Huerta, Jauro y Los Raimundos, entre otros.
Antas prehistórica y arqueológica
El río arqueológico de Antas permitió la vida humana en su tierra desde la prehistoria. En el paleolítico, sociedades cazadoras-recolectoras se asentaron temporalmente en cuevas de Sierra Lisbona (Serrón, Cueva Oscura, La Palica). Después de la aparición de la agricultura, durante el Neolítico y el Calcolítico, sociedades humanas fundaron asentamientos en La Pernera, La Gerundia y El Gárcel. En la misma línea, Antas posee en su suelo El Argar, el yacimiento arqueológico más importante de la Edad del Bronce de Europa y que dio nombre a la cultura argárica, la primera que fundó una arquitectura de poder estatal en el continente. Y, en torno al asentamiento clave, la tierra de Antas albergó los poblados argáricos de Lugarico Viejo y Fuente Bermeja.
El misterioso final de la cultura argárica no significó el abandono de la tierra de Antas. Es posible que la población de El Argar se dispersara en asentamiento como el de Qurénima, en las estribaciones del cerro volcánico Cabezo María. También en este cerro, de origen volcánico, se ha localizado un yacimiento de época tardo-romana. Con todo, hay que esperar a la llegada musulmana en el siglo VIII para que se concretara una segunda ocupación de la meseta de El Argar, posiblemente hasta el siglo X, a tenor de las evidencias cerámicas, de construcciones islámicas y de actividades vinculadas a la fundición de hierro.
Desde el siglo XIII, cuando la inseguridad de la costa hizo necesario el traslado de la ciudad de Baria al actual cerro del Espíritu Santo, sus pobladores aprovecharon las bondades de la tierra de Antas para el cultivo y el pasto de animales, erigiendo en su suelo algunos cortijos y formando con el tiempo una pequeña aldea.
El municipio de Antas tiene su origen en el siglo XV y sus primeros habitantes fueron mudéjares expulsados de Vera tras la toma de esta ciudad en 1488. Los mudéjares de Antas, que explotaron sus huertas y campos de secano, fueron convertidos al cristianismo bajo la denominación de moriscos. Sin embargo, las primeras generaciones de vecinos de Antas fueron expulsadas en 1572 y la localidad repoblada con población cristiana, que heredó la estructura agrícola morisca.
Antas se desarrolló durante la Edad Moderna, como lo hicieron los grupos humanos anteriores, aprovechando las bondades del milagro geológico de las Fuentes de La Bermeja. Las aguas procedentes de la cubeta de La Ballabona, originadas del deshielo de la Sierra de Los Filabres, afloraban al lecho del río Antas aportando un importante caudal en las fuentes comunales de La Bermeja. Y, de esta manera, los repobladores de Antas explotaron sus campos de secano, y también sus huertas, aprovechando las piedades de la tierra de Antas y el acceso al recurso hídrico.
Los hermanos Henri y Louis Siret excavaron el yacimiento arqueológico de El Argar, en la década de 1880, en un momento en el que el municipio sobrevivía deprimido por la sequía, el hambre y la emigración. Comenzó, entonces, una agricultura orientada al mercado de exportación en torno a la naranja, y con ella, la construcción de colonias agrícolas e infraestructuras hidráulicas que aún se conservan y transfiguran a Antas en un museo hidráulico al que solo le falta el techo.
Evolución histórica de Antas (siglos XV-XX)
Antas en la actualidad
En la actualidad, Antas destaca por su economía diversificada y por su proyección de poner en valor el patrimonio heredado como un hilo que une lo que fue antes y lo que es hoy.
Con sus tres modernos políticos industriales, constituye el pueblo con más empresas de España en relación al número de habitantes, destacando por su producción agrícola orientada a los mercados de exportación (naranja, tomate imperial o la patata ojo de perdiz, entre otros) y por su liderazgo en el sector logístico internacional.
Su proyecto Plan Argar 2020-2030 busca constituirse en garante defensor, divulgador y de la puesta en valor de la cultura argárica, así como ejemplo en la generación de una oferta turística cultural de calidad, sostenible y a partir de experiencias de aprendizaje personalizadas que buscan la conexión emocional de las personas que lo visitan con su patrimonio cultural y natural.